Menu
Menu
«…ESTOS CAMPOS DE HUMEDAD Y CONDICIONES PERFECTAS CREABAN UN ANIMAL ÚNICO. Y ESCASÍSIMO. PERO ESO NUNCA IMPORTÓ. Y SIGUE SIENDO ASÍ. PORQUE NO SE TRATA DE HACER JAMÓN IBÉRICO: SE TRATA DE HACER EL JAMÓN DE BELLOTA 100% IBÉRICO CINCO JOTAS.»
La alimentación completa y natural del animal aporta un excelente sabor y aroma a todos los productos elaborados a partir de la ganadería 100% ibérica criada en libertad.
La Dehesa es un entorno peculiar formado por bosque de encinas, alcornoques y otras especies. Un ecosistema singular y aislado que produce la alimentación exclusiva del cerdo Cinco Jotas.
La alimentación completa y natural del animal aporta un excelente sabor y aroma a todos los productos elaborados a partir de la ganadería 100% ibérica criada en libertad.
La Dehesa es un entorno peculiar formado por bosque de encinas, alcornoques y otras especies. Un ecosistema singular y aislado que produce la alimentación exclusiva del cerdo Cinco Jotas.
Durante su primer año de vida, complementa su alimentación a base de bellotas con otros alimentos disponibles en la naturaleza como frutos silvestres, raíces, setas, hierbas, plantas aromáticas, pequeños invertebrados, frutos secos…
Durante el periodo de la Montanera los animales llegan a recorrer unos 14 km. diarios en la Dehesa para encontrar la bellota, su alimento principal y responsable de sus excepcionales cualidades organolépticas.
Origen y hogar del auténtico Jamón
100% Ibérico Cinco Jotas
UNA LEYENDA INIGUALABLE
CINCO JOTAS CUENTA DESDE SUS ORÍGENES CON LA SABIDURÍA DE LOS LOCALES DE JABUGO, QUE DESDE HACE CINCO GENERACIONES LE HAN APORTADO SU CULTURA ANCESTRAL.
La tradición se ha mantenido hasta nuestros días gracias a haber logrado preservar oficios especializados creados a partir de los conocimientos heredados y la destreza adquirida.
Todos los procesos se conservan como antaño, por lo que la elaboración detallada de cada pieza permite que cada Jamón 100% Ibérico de Bellota sea realmente único en el mundo.
Cada jamón Cinco Jotas esconde la destreza de manos expertas que durante años se han dedicado a su elaboración.
Maestros entregados a un manjar con alma
Asegura, gracias a su técnica, la correcta maduración de la pieza antes de realizar la salazón.
El conocimiento y la experiencia son vitales para retirar la cantidad exacta de grasa. De otra manera, el jamón podría desecarse o endurecerse.
Cada perfilador es responsable de marcar los jamones recortados para poder llevar a cabo un control de calidad exhaustivo durante el proceso.
Asegura que el proceso de sal sea correcto, ya que cada Jamón 100% Ibérico sea enterrado manualmente en sal procedente del Atlántico.
El cálculo perfecto del peso de la pieza, la cantidad justa de sal y la concentración de sal marina serán claves para la calidad del jamón.
Durante la etapa de secado, el encargado de los secaderos es una figura esencial.
Vigila esta parte del proceso en la que la temperatura y humedad son fundamentales para que la pieza alcance un equilibrio perfecto.
La ubicación de los secaderos Cinco Jotas en Jabugo, a 650 m. de altitud, y el microclima local de la zona son elementos claves en la elaboración de una auténtica joya gastronómica.
Experiencia, sensibilidad y un gran desarrollo de los sentidos del olfato y del tacto son indispensables para controlar el grado de curación del Jamón 100% Ibérico.
Es indispensable un seguimiento diario de la pieza, única e irrepetible, para que alcance una calidad excelente en las etapas finales del proceso. Este oficio muchas veces coincide con el del Maestro Calador, quien realiza el último control de calidad antes de que nuestros jamones Cinco Jotas lleguen al consumidor.
Nuestro calado se basa en cuatro puntos para verificar el óptimo estado de maduración. La habilidad olfativa del calador es sumamente importante, y es que del jamón se pueden percibir más de 100 olores distintos.
Tenacidad, elegancia, serenidad, delicadeza… Como si de un escultor se tratara, el Maestro Cortador conoce a la perfección cada figura con la que trabaja.
Sus herramientas, bien pulidas y preparadas, le confieren la maestría de no tener que ejercer fuerza en el corte, sino habilidad y firmeza. Un pulso y un temple distinguidos le permiten realizar sus mejores cortes al ritmo que le marca el ojo. Con un tempo lento y pausado, elabora finas lonchas que deleitarán a los más exigentes paladares.
